La mañana de este jueves 1 de diciembre, el Presidente Gabriel Boric se refirió al fallo de la Corte de La Haya por la demanda de Chile a Bolivia por caso del Río Silala, donde se confirmó que es de carácter internacional.
«Quiero comenzar agradeciendo al equipo que ha sido parte de este caso… Esto ha sido una tarea de Estado que trasciende a los Gobiernos de turno«, manifestó.
«Acá se está honrando una tradición de excelencia en nuestra política exterior, que se corona con la obtención de un fallo sólido y fundamentado que se manifiesta en una decisión favorable que ha sostenido el Estado de Chile», añadió.
El Mandatario destacó que «el fallo que hoy ha entregado la Corte Internacional de la Haya ha sido categórico. Chile fue por certeza jurídica a la Corte y la obtuvo».
«Se confirma que el río Silala es un curso de agua internacional, cuyo uso en su integridad se encuentra regido por el derecho internacional consuetudinario», señaló Boric.
Complementó que nuestro país ya en 2016 «planteó su pretención de reconocimiento de 100 años de práctica, respecto al uso conjunto, razonable, equitativo del Silala, ante el cuestionamiento de Bolivia del derecho de Chile a beneficiarse de este curso de agua internacional».
«Durante el proceso judicial, Bolivia fue poco a poco reconociendo las posiciones chilenas y allanándose a las mismas», explicó el Presidente.
Posteriormente, informó que el fallo reconoce que el uso que históricamente ha hecho Chile de las aguas del Silala está conforme al uso equitativo y razonable que establece el derecho internacional.
Asimismo, aseguró que Chile «no debe compensación alguna a Bolivia» por el uso que ha hecho de las aguas del río.
Durante su discurso, el Presidente Boric manifestó que «nuestro país puede estar tranquilo con la sentencia de la Corte. Los temas en disputa han quedado resueltos de manera definitiva bajo el derecho internacional y conforme a las pretensiones de Chile».
Además, sostuvo que la voluntad de Chile «es continuar trabajando con la hermana república de Bolivia, con un espíritu de buena vecindad».