¿Trump o Harris? Lo que está en juego para Chile y América Latina
Este martes 5 de noviembre, Estados Unidos celebrará elecciones que decidirán el destino de la economía más grande del mundo. Cada cuatro años, el rumbo económico y político que elija este país tiene consecuencias que resuenan en todo el planeta, especialmente en América Latina y, en particular, en Chile. Las diferencias entre los candidatos, Donald Trump y Kamala Harris, dibujan dos caminos opuestos en cuanto a políticas comerciales, fiscales y ambientales, lo que coloca a Chile en una posición de observador atento, consciente de que los cambios en la Casa Blanca pueden significar grandes ajustes en su propio panorama económico.
Qué observar. Independientemente de quién gane la elección de este martes 5 de noviembre, ambos candidatos tienen la presión para que aumentar el gasto. Ellom a pesar de la creciente preocupación por el déficit y los mayores niveles de deuda en un entorno de tasas de interés más altas.
Asimismo, cada uno de ellos ha comprometido iniciativas y políticas que terminarán impactando a la economía mundial y en particular a América Latina.
Trump: Proteccionismo y un dólar fuerte. Un segundo mandato de Donald Trump sería una señal para América Latina de que el proteccionismo seguirá siendo una prioridad.
Durante su primer período, Trump implementó una serie de aranceles y restringió acuerdos comerciales que afectaron no solo a China y México, sino también a países exportadores de materias primas.
Con un enfoque en la autosuficiencia estadounidense y un dólar fortalecido, Trump podría provocar fluctuaciones en el tipo de cambio que impactarían el peso chileno, encareciendo las importaciones y generando presiones inflacionarias en el país.
“Las elecciones en Estados Unidos suelen generar fuertes reacciones en el dólar estadounidense, especialmente si un resultado lleva a expectativas de estímulo fiscal adicional, lo cual podría interrumpir la tendencia a la baja del dólar y aumentar los rendimientos en EE.UU., afectando las monedas de mercados emergentes” señalan en JP Morgan Asset Management.
Para el banco suizo UBS, una victoria republicana podría traer un mayor crecimiento y una mayor inflación en EE.UU., lo que representaría un impulso para las economías y las empresas de América Latina, incluso si esto viene acompañado de tasas de interés más altas.
Sin embargo, los diferentes países experimentarán las elecciones de maneras muy distintas, dependiendo de la naturaleza de sus vínculos económicos.
Harris: Estímulos fiscales y transición verde. la actual vicepresidenta de los Estados Unidos, Kamala Harris, en contraste, representa una visión de mayor integración comercial y expansión de los estímulos fiscales.
Su enfoque en energías renovables y políticas ambientales abre una oportunidad para Chile, donde el cobre —clave en tecnologías limpias como paneles solares y autos eléctricos— podría beneficiarse de la demanda impulsada por políticas verdes en Estados Unidos.
Un gobierno de Harris probablemente apoyaría el gasto fiscal expansivo y una política monetaria moderada, algo que los mercados emergentes, incluido Chile, aplaudiría cuando hay un desafío de crecimiento.
Según un análisis de Fitch Solutions, una victoria de Harris garantizaría la continuidad en políticas que impulsan la demanda de minerales críticos necesarios para energías limpias y vehículos eléctricos, alineándose con iniciativas como el Green New Deal, que Harris apoyó desde el Senado.
Impacto en las tasas de interés y el mercado financiero. Para ambos candidatos, la política de la Reserva Federal (Fed), liderada por James Powell, es un punto crucial.
Mientras que Trump podría empujar a la Fed hacia una política monetaria más rígida, elevando las tasas de interés y fortaleciendo el dólar, Harris podría seguir una línea de estímulo que mantenga las tasas bajas.
La implementación, por parte de Trump, de políticas fiscales expansivas -caracterizadas por recortes de impuestos- y un aumento en el déficit podrían llevar a un aumento de tasas de largo plazo, lo que tendría un impacto directo en la deuda soberana chilena, encareciendo el financiamiento y afectando más aún a la inversión privada.
Asimismo, un endurecimiento monetario bajo Trump haría más difícil para Chile y otros países de la región atraer capital extranjero, lo que significaría un dólar en la medida que el Banco Central de Chile continúe rebajando las tasas de interés.
Morgan Stanley señala que si Donald Trump ganara la presidencia, el dólar se fortalecería debido a políticas de tarifas proteccionistas y un posible aumento en el gasto de infraestructura y defensa, atrayendo capital hacia EE. UU. y provocando una apreciación del dólar en el corto plazo.
El banco de inversiones asegura que esto podría incrementar la presión sobre las economías latinoamericanas con deudas denominadas en dólares, elevando los costos de financiamiento y afectando las exportaciones por el encarecimiento relativo de sus productos en mercados globales.
Por el contrario, una política expansiva bajo Harris podría favorecer la inversión extranjera y la estabilidad del tipo de cambio en mercados emergentes.
De acuerdo a Dunbridge Financial, una presidencia de Kamala Harris probablemente continuaría con políticas de cooperación multilateral y gasto en infraestructuras verdes, lo cual podría reducir la demanda de activos en dólares, debilitando su valor.
Agrega que al mantener un enfoque diplomático y menos agresivo en comercio, el dólar perdería parte de su atractivo como refugio seguro, lo cual podría favorecer una mayor estabilidad cambiaria en los mercados emergentes, como los de América Latina
Consecuencias para América Latina. Para América Latina y Chile, los dos candidatos representan no solo visiones políticas diferentes, sino también impactos opuestos en términos económicos.
Mientras que Trump trae consigo incertidumbre y el riesgo de nuevas barreras comerciales, Harris ofrece un camino más integrador y potencialmente favorable para sectores clave de la economía latinoamericana, como la minería. No obstante, el desafío inflacionario de un estímulo prolongado también es una realidad que los economistas observan de cerca.
Lo que sí es claro, lo señala Santander, en el contexto internacional, producto de las elecciones presidenciales en EE.UU. puede agregar nuevos signos de volatilidad a los mercados.
Para UBS, si se analiza por países, México parece especialmente susceptible a los cambios en la política y la retórica, aunque el país goza de una serie de ventajas que podrían mitigar los riesgos relacionados con las elecciones: “Seguimos pensando que los empresarios mexicanos podrán aprovechar las oportunidades relacionadas con el acercamiento de la producción, independientemente de quién gane”. señala.
A su juicio, Brasil tendrá la difícil, pero potencialmente gratificante tarea de mantener una posición neutral ante las tensiones entre EE.UU. y China.
En caso de victoria de Trump, dice UBS, la estrecha relación del presidente argentino, Javier Milei, con el ex mandatario puede reportar beneficios a las empresas de su país, mientras que Venezuela puede tener un camino más duro por delante dado el historial decididamente agresivo de Trump en el uso de sanciones.
De ganar Trump, Chile deberá moverse muy cuidadosamente en el escenario comercial. Su gran dependencia a China en materia de exportaciones puede verse impactada por una política más proteccionista de parte del es primer mandatario republicano y la búsqueda de apoyo en la región.
Durante el primer mandato de Trump, el peso chileno se depreció más de un 20% en el período de fijación de aranceles a China y el precio del cobre anotó una caída de más de 30%.