-¿Cómo han sido estos cinco días, tras el quiebre de la bancada de diputados de su partido?
Una semana difícil. Veníamos saliendo de una etapa interesante, cuando el PPD logró instalar en la agenda el aprobar y mejorar. La idea tomó vuelo y sumamos adhesiones que concluyó con el acuerdo que avaló el Presidente. Y digo una semana difícil por el tema de los diputados de la bancada. Porque creo que aquí subyacen varios problemas, de los cuales todos los involucrados nos tenemos que hacer cargo. Primero, hay una crítica permanente de los diputados, no solo del PPD, también de otros partidos, a la forma como el gobierno se relaciona con ellos. No he sido parlamentaria, así es que no tengo el estándar ideal de relación. Pero sí hago eco de lo que ellos plantean. Lo segundo, es que la semana pasada el Presidente nos invitó a una reunión partidaria. Pero, en el caso de la bancada PPD se nota mucho más la ausencia porque son seis independientes y solo tres militantes.
-¿Hubo una instrucción presidencial de que no asistieran los diputados independientes a una reunión en Cerro Castillo?
La invitación fue al partido, no a las bancadas. Por eso fuimos representantes de la mesa, del Senado y de la Cámara. Era una reunión para la militancia. En otros partidos sucedió lo mismo; cuando invitaron al PC, que en su misma lista está Tomás Hirsch y Ana María Gazmuri, tampoco fueron. Pero, no se notó tanto porque son menos. El espíritu del Presidente fue invitar a los partidos para mejorar su relación con ellos y afianzar su rol (de las colectividades).
-¿Es de las que piensan que hubo una segunda intención del Presidente, de establecer bloques políticos reducidos y dejar afuera a los independientes?
Tengo la profunda confianza en que el Presidente no tiene dobles intenciones en esto. Lo hizo así con todos los partidos que se reunió. Ta vez debí proponer invitar a las bancadas considerando que tenemos un importante número de independientes. Por eso digo que aquí hubo muchos errores que nos tenemos que hacer cargo. Y quizás el mío es no haber tenido más perspectiva de que esto podría pasar.
-¿Pudo haber evitado este quiebre?
Creo que, dentro del Parlamento, por este mismo problema de relaciones, por esta incertidumbre legislativa que comenzará a disiparse el 4 de septiembre, también hay algunos liderazgos que logran interpretar ciertos malestares de algunos y tienen la legítima opción de formar una bancada independiente. Pienso que los independientes son valiosos; mi punto es que en la política chilena los independientes se erigen como seres representativos de una comunidad, pero sin que uno tenga claridad de dónde están situados políticamente. Eso, para definiciones trascendentes del país, es importante. Me afecta que los independientes que fueron por nuestra lista, que saben lo que significa y piensa el PPD, hoy día tengan esa desafección.
-¿Ellos se acercaron a Ud. para plantearle esta molestia?
No. Me enteré, como lamentablemente se patentó, por la prensa. Eso me duele porque ellos fueron por nuestras listas, los hemos tratado igual que militantes, hemos relevado sus solicitudes, hemos atendido sus inquietudes para cargos regionales. Y de igual modo que a los militantes. Me hubiese gustado tener un espacio para conversar esto, intercambiar puntos de vista, llegar a un nuevo compromiso de convivencia.
-El saldo es que el partido pierde seis parlamentarios.
Es complejo. Pero es un desafío de segunda derivada. Porque la bancada de senadores, que tiene independientes, funciona. La bancada de diputados ha costado más que funcione como tal, es decir que lo que se habla con el jefe de bancada fluya y que en las decisiones haya un espíritu de cuerpo. El desafío de hoy no es sumar para que el PPD tenga una bancada de nueve diputados; para mí el desafío hoy día es cómo recomponemos las relaciones con el PPD, cómo ayudamos a que se mejoren las relaciones con el gobierno y cómo construimos cohesión para decir ‘esto es una bancada’.
-¿Hay indisciplina? ¿Falta sintonía entre lo que quiere el gobierno y lo que votan finalmente los independientes?
No creo que la palabra sea indisciplina porque esto no es un regimiento…
-Estoy citando una afirmación de un diputado socialista.
En el único minuto que ha habido indisciplina, si lo queremos llamar así, es en el sexto retiro. En el resto de los proyectos de ley, el PPD se ha cuadrado completamente con el gobierno. Incluyendo las veces en que la propia coalición madre del oficialismo no se ha cuadrado con el gobierno. En estados de excepción, han estado todos nuestros votos y en otros proyectos de ley, lo mismo. De modo que aquí no es solo hablar de cohesión para votar; es cohesión para tener la fuerza acumulada para plantear temas que causen mayor impacto. Y eso es lo que tiene que hacer una bancada.
-También hay versiones sobre ambiciones de liderazgo en algunos de los diputados que rubricaron este quiebre.
Nuestro sistema electoral tiene pocos incentivos a la colaboración. Y en ese contexto, pienso que uno de los vicios, y que se ha demostrado tanto en el gobierno de Piñera como en este, es que esta fragmentación complica la gobernabilidad. Entonces, creo que hay personas que legítimamente creen tener liderazgos autónomos para congregar fuerzas por otros lados.
-¿Tiene algún plan para generar acercamientos y recuperar a estos parlamentarios?
Lo importante es que ellos han manifestado un malestar, que es multicausal. Pero eso, no ha significado que ellos se vayan de la bancada. Ellos siguen estando administrativamente en la bancada. Esto es como un divorcio de palabra. Aquí no ha habido abandono de hogar ni demanda de divorcio, de modo que todavía podemos recomponer. ¿Queremos recomponer? Sí, porque creemos que son valiosos, que han sido un aporte para nuestro partido y para sus territorios. También queremos ayudar a que mejoren sus relaciones con el gobierno y con el partido. Pero, también poner el desafío para que sea una bancada más cohesionada y tenga más fuerza.
Los otros temas que preocupan al PPD