Tras la dimisión el jueves de la primera ministra británica Liz Truss hay tres favoritos que se perfilan para sucederla, entre ellos, el exjefe del ejecutivo Boris Johnson, cuyo posible regreso causa revuelo.
La revelación hecha por el diario The Times de que el exprimer ministro iba a presentarse esgrimiendo el «interés de la nación» generó conmoción en Londres.
Tres meses y medio después de haber tirado la toalla tras una serie de deserciones en su gobierno lastrado por escándalos -entre ellos el de las fiestas en Downing Street contra las normas anticovid-, el entorno de «BoJo» indicó que el político volvería de manera anticipada de unas vacaciones en el Caribe.
Si pasa el filtro de los parlamentarios que deben votar, tiene muchas posibilidades de volver al poder, ya que sigue siendo muy popular entre los adherentes del Partido Conservador, según un reciente sondeo de YouGov.
A sus 58 años, este experiodista, que fue alcalde de Londres y jefe de la diplomacia, tiene en sus fojas haber llevado a su partido a una histórica victoria electoral en 2019. Es un ferviente defensor del Brexit y para sus seguidores su carisma y su optimismo a toda prueba son indispensables para evitar una catástrofe en las urnas, teniendo en cuenta las encuestas y la crisis social.
Pero su posible regreso también despierta rencillas y algunos parlamentarios amenazaron con renunciar.
«Este país necesita capacidad en un periodo de grandes desafíos económicos», protestó el exministro David Lidington en declaraciones a la cadena BBC.
Su elección podría agravar las divisiones que ya son muy marcadas entre los conservadores.
Además, Johnson tiene otro escollo ya que sigue siendo investigado por el Parlamento para dilucidar si mintió a la cámara durante el escándalo del «partygate» y se arriesga a una suspensión de su mandato como diputado.
Los otros candidatos para reemplazar a Truss son el exministro de Finanzas Rishi Sunak y la ministra encargada de relaciones con el Parlamento, Penny Mordaunt.