El analista Max Colodro, doctor en Filosofía y director del Magíster en Comunicación Política y Asuntos Públicos de la UAI, dice que “lo que estamos viviendo es un deterioro muy profundo de la educación pública desde hace mucho tiempo, debido a la influencia del movimiento estudiantil al menos desde el año 2011. Esto es resultado de la violencia, las tomas, los paros prolongados, la destrucción de la convivencia escolar”.
-En la encuesta CEP los mejor evaluados del gobierno son Carolina Tohá y Mario Marcel. En cambio los peor evaluados son Gabriel Boric y Giorgio Jackson. ¿Ahí se revela la fractura que hay entre Socialismo Democrático y Apruebo Dignidad? ¿Qué señal entregan estos datos?
-La encuesta CEP confirma que la gente está muy asustada con los problemas de inseguridad, que el problema del orden público es el principal por lejos. Eso explica el aumento de la valoración de Carabineros, de las Fuerzas Armadas, de la PDI. La gente hoy día está con una predisposición mucho mayor a que se use la fuerza pública para controlar a los grupos violentos. De algún modo eso les está pasando la cuenta a los sectores que validaron y que legitimaron el uso de la violencia. Me refiero al Partido Comunista y al Frente Amplio.
Efectivamente, aquí la gran diferencia en la valoración que hay entre Apruebo Dignidad y Socialismo Democrático tiene que ver con que de alguna manera figuras como Tohá y como Marcel representan una mirada más moderada y más partidaria del orden público. Y yo creo que eso es algo que la gente percibe.
-Esta encuesta no alcanza a medir el tema de los indultos, ¿pero crees que va a afectar la aprobación de Boric, que ya va a la baja?
-El indulto le va a causar un daño muy profundo a la imagen del gobierno. Boric desde el plebiscito de salida, venía dando señales a favor de la moderación y fue muy crítico de la violencia. Había dicho que aquellos que habían cometido delitos como saqueos, que habían participado en la quema de iglesias, etcétera, no merecían el indulto y ahora resulta que él mismo otorga estos indultos.
Yo creo que el haber otorgado el indulto precisamente en este contexto (como lo muestra muy bien la encuesta CEP) de una gran sensibilidad y de una gran preocupación por los problemas de orden público y de delincuencia, le va a pasar una cuenta muy grande a Gabriel Boric. El Presidente tiró por la borda todos los giros que había dado hacia señales de moderación y de respeto al orden público y de crítica a la violencia.
-La encuesta CEP da varias señales de que la gente está a favor de opciones privadas o mixtas, en educación, salud, pensiones. También hay una apertura al comercio con otros países. En otras palabras, ¿hay una disonancia entre el gobierno y la población?
-Ha habido un cambio en la percepción de la gente y en la orientación de la ciudadanía. La gente hoy día está valorando por sobre todo la seguridad, mucho más que la libertad. Yo creo que finalmente, después de tres años del estallido social, la gente empezó a percibir los costos que tuvo la violencia para su vida cotidiana, para el progreso. La gente empezó finalmente a sentir cuál es el impacto que tiene el deterioro del orden público en su calidad de vida. Y eso es algo que está afectando muy fuerte al Gobierno y a los sectores que respaldaron la violencia, que la validaron, la legitimaron; en especial, los partidos de Apruebo Dignidad.
-De hecho la expectativa económica es muy negativa.
La gente está muy pesimista y yo veo que uno de los factores centrales es que finalmente la gente logró hacer una conexión entre el deterioro del orden público y el deterioro económico del país. Por eso los sectores que validaron la violencia están siendo golpeados en las encuestas.
-Boric dijo que los indultados no eran delincuentes. Y luego defendió la inocencia del ex frentista Mateluna, pero debió precisar sus dichos ante el fuerte reclamo de la Corte Suprema. ¿Qué imagen dejó?
-Yo creo que volvió a confirmar que no entiende ni valora el funcionamiento de las instituciones. Así como llamó al presidente de la Corte Suprema para tratar de que se cambiara la quina completa para el candidato a fiscal nacional; ahora tampoco entiende que no puede utilizar un indulto para modificar un fallo. Esa no es la finalidad ni el sentido que tienen los indultos. Boric, en función de una convicción personal, la convicción de que Mateluna es inocente y de que se cometieron irregularidades en el proceso, decide utilizar un indulto presidencial para modificar el fallo. Y eso, efectivamente, es una cuestión gravísima porque interfiere en las decisiones de un poder independiente del Estado.
-Se conocieron los resultados de la PAES y la caída de los liceos emblemáticos fue tremenda. ¿A qué se debe?
-La izquierda destruyó la educación pública. Lo que estamos viviendo es un deterioro muy profundo de la educación pública desde hace mucho tiempo, debido a la influencia del movimiento estudiantil al menos desde el año 2011. Esto es resultado de la violencia, las tomas, los paros prolongados, la destrucción de la convivencia escolar.
Todo eso sumado a las políticas que se llevaron adelante durante el gobierno de Michelle Bachelet, que hoy día están generando que la brecha entre los colegios particulares de la élite y el resto de la educación pública subvencionada y no subvencionada solo haya aumentado. O sea, después de diez años de movimiento estudiantil y de una agenda de cambios en la educación que supuestamente iba a acortar las brechas y a disminuir las desigualdades, los resultados son exactamente lo opuesto.
-¿Las recetas de la izquierda estudiantil, de donde viene el mismo Boric, estaban totalmente equivocadas?
-Aquí hay responsables políticos que no están asumiendo esa responsabilidad. La responsabilidad de haber apoyado desde el año 2011 movilizaciones que tuvieron una cuota de violencia muy importante, que deterioró a los colegios públicos, que deterioró su infraestructura, su convivencia; con paros prolongados que hicieron perder una gran cantidad de clases.
Entonces, yo creo que todo eso, sumado a las políticas del segundo gobierno de Michelle Bachelet, como la ley de inclusión, la desmunicipalización, el fin del lucro, el fin de la selección; convertir a los colegios particulares concesionados en fundaciones sin fines de lucro y el fin del copago, han generado al final una brecha todavía mayor a la que ya existía. En vez de haber resuelto los problemas de desigualdad, los han agravado.
-Lo que es más dramático es cómo ha bajado, por ejemplo, el Instituto Nacional, que llegó a estar entre los diez mejores de Chile y ahora está 201.
-Es el caso más simbólico, sin ninguna duda. Pero también está el Carmela Carvajal, un liceo fiscal de niñas que llegó a estar entre los primeros lugares en un momento. El deterioro ha sido gigantesco y la brecha entre el colegio particular y colegios públicos solo ha aumentado en estos diez años que supuestamente se han llevado adelante políticas públicas, donde lo que se buscaba era precisamente cortar la brecha.
-¿Ha habido una actitud ambivalente ante la violencia estudiantil?
-Yo creo que es uno de los factores clave. El haber romantizado la violencia de los jóvenes; no haberle puesto freno, el no haber dado señales claras, del punto de vista político, de que las formas eran importantes y de que había una relación directa entre los medios y los fines, y que no cualquier medio era válido para poder protestar o poder luchar por una mejor educación de calidad. Eso finalmente le terminó pasando una cuenta gigantesca a la educación pública.
Se requiere un acuerdo nacional de emergencia para abordar el problema de la educación pública, la deserción escolar, el aumento de la inasistencia permanentes en los colegios fiscales. Entonces, yo creo que hay un problema sistémico gravísimo que la sociedad y particularmente el mundo político y quienes están hoy gobernando no se han tomado en serio.