Lula da Silva fue investido este domingo por tercera vez presidente de Brasil, en una ceremonia en el Congreso de Brasilia marcada por la ausencia de su predecesor, el ultraderechista Jair Bolsonaro.
Exactamente 20 años después de acceder al poder por primera vez, Luiz Inácio Lula da Silva, de 77 años, fue proclamado presidente junto a su vice, Geraldo Alckmin, al pronunciar su «compromiso constitucional».
La ceremonia se inició con un minuto de silencio en recuerdo del exastro brasileño Pelé y de Benedicto XVI, ambos fallecidos esta semana.
Al Congreso, Lula llegó con el tradicional Rolls Royce negro descapotable junto a la primera dama «Janja», ante los vítores de sus seguidores, algunos de ellos con lágrimas en los ojos, constató la AFP.
Contrariamente a la tradición, su predecesor estuvo ausente. Bolsonaro viajó el viernes a Estados Unidos, dos días antes de finalizar su periodo de gobierno.
Por primera vez desde 1985, un mandatario saliente no pasará la banda presidencial, acto que tendrá lugar más tarde en el Palacio de Planalto.
Al izquierdista lo arroparon una veintena de jefes de Estado, el mayor número para una toma de posesión en Brasil. Entre estos, figuran los mandatarios de Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Honduras y Uruguay, además del rey de España, Felipe VI.
Tras la ceremonia en el Congreso, llegará el momento más esperado: Lula caminará por la rampa del palacio presidencial de Planalto y recibirá la faja, una cinta de seda verde y amarilla, los colores de la bandera nacional, bordada en oro y diamantes.