Jorge Baradit relató el caos con que debutó la Convención y su recordada frase deseando que los convencionales de derecha “sufran un poquito”. También las tensiones con los militantes PS de su colectivo inicial —a los que describió como sexistas y excluyentes— y el presunto rol de estos en una fiesta en el primer viaje a regiones de los convencionales. En su libro “La constituyente: historia secreta de Chile”, reconstruyó la serie de errores que contribuyeron al amplio rechazo a la propuesta en el plebiscito del domingo 4. A continuación, algunos pasajes.
Los chiquillos. “Mi peso político era pobre, no era militante, carecía de ciertas habilidades y ciertamente nunca se pudo articular un grupo disidente para hacer contrapeso al manejo de los chiquillos”.
- “¿Por qué les llamé los chiquillos? Porque a cierta reunión a la que estaba todo el colectivo convocado, sólo habíamos llegado Ricardo Montero y yo. Alguien entró y preguntó: ¿Dónde están los chiquillos? Ricardo respondió: ‘Tomás (Laibe) ya viene, César (Valenzuela) está en reunión, Max (Hurtado) no alcanza a llegar y Pedro (Muñoz) llega más tarde’. Para Ricardo, sólo ellos importaban en la reunión; el resto de nosotros, no mucho. Puede sonar a casualidad, pero era la confirmación de algo que estaba claro hacía rato: el colectivo había sido capturado por un grupo que tomaba las decisiones, repartía los cargos y avanzaba sin importarles los que no tenían experiencia, los que no se desenvolvían bien en ese ambiente y además sin ningún interés en enseñarles, incorporarlos o entregarles responsabilidades”.
- “Nunca construyeron colectivo, las mujeres eran importantes al momento de la foto y los independientes éramos un número de votos con los cuales negociar cuestiones de las que muchas veces no supimos”.
La elección de la segunda mesa. Baradit también abordó la segunda elección de la mesa de la Convención, en que fue elegida como vicepresidenta María Elisa Quinteros (Movimientos Sociales Constituyentes) y como vicepresidente Gaspar Domínguez (Independientes No Neutrales). Ese verano Baradit renunciaría al Colectivo Socialista y se sumaría al FA.
- “Lo que debíamos hacer ese 4 de enero era elegir a la nueva directiva para reemplazar a Elisa Loncon y a Jaime Bassa después de los 6 meses convenidos, pero la cosa se dio bastante más cerrada que el 4 de julio anterior”.
- “El eje Frente Amplio / Colectivo Socialista buscaba mantener la conducción de la Convención en una alianza que le había dado cierta estabilidad al ciclo. La idea era llevar a Ramona Reyes (CS) de presidenta y a Beatriz Sánchez (FA) como vicepresidenta, al menos ese era el plan”.
- “Al no haber nadie que alcanzara la mayoría, se produjo un receso donde ocurrió lo inesperado. Se me acercó Giovanna Roa, del FA, para preguntarme qué íbamos a hacer con lo que estaba pasando con Ramona Reyes. Tenía el rostro desencajado. Me indicó que Ramona era trending topic. ‘Yo creo que tiene que bajarse. Las acusaciones de fraude durante su gestión en el municipio están reventando twitter’”.
- “La guinda de la torta ocurrió cuando Patricio Fernández pidió la palabra y comentó que se le habían acercado de la derecha, le habrían propuesto que si iba él como candidato estarían dispuestos a apoyarlo. La discusión se encendió como si le hubieran arrojado un bidón de bencina a la fogata”.
- “¿Pero ¡cómo vamos a votar con la derecha!?, dijo Matías Orellana.
- “¿Patricio Fernández sería el candidato de la derecha?, pregunté. ¿Los socialistas en alianza con la UDI? ¿Ése es el plan?”
- “No sería el candidato de la derecha, sería nuestro candidato y si resulta que ellos votan por Pato, bueno, no es nuestro problema, respondió Montero”.
- “¿Y tu crees que somos huevones?, respondí. Las deudas que tendríamos con ellos no se pagarían solas. Yo no voy a votar por un candidato de la derecha para presidente”.
La primera norma. “No le hizo bien al proceso que, el 20 de enero, la primera norma aprobada en una comisión estableciera que: ‘El Estado reconoce a la atmósfera dentro del espacio aéreo fijado por acuerdos internacionales sobre la materia, como un bien natural común”.
- “Y que la segunda fuera: ‘Derecho de acceso a la montaña y uso de senderos ancestrales’. Me imaginé la cara de estupor de los millones de chilenos que esperaban ansiosos una norma sobre salud, vivienda, educación o trabajo. Pero ¿el espacio, senderos ancestrales?, dando así inicio a otro de los pasajes de pésimo manejo comunicacional que tuvimos durante todo el proceso”.
El piscinazo. “Saldríamos a nuestro primer viaje regional a la zona del Biobío. Por supuesto la derecha puso el grito en cielo porque estábamos derrochando dinero en un ‘viaje turístico’, como le llamó”.
- “Durante esas largas votaciones que nos podían tomar hasta 12 horas, apoyé la cabeza en mis brazos sobre la mesa por un instante. Un convencional de derecha me tomó la foto durante los 3 segundos en que estuve en esa posición y se la envió a Teresa Marinovic, quien la hizo circular bajo el título: ‘Baradit, durmiendo durante el trabajo’. Por eso no nos extrañó que el viernes amaneciéramos con la noticia bomba de que la noche anterior había habido un carrete en uno de los hoteles, que se habían bañado sin autorización en la piscina y que las risas y las carreras en los pasillos habían provocado la molestia de los pasajeros”.
- “El tema de la supuesta fiesta en el hotel Pettra de Concepción también salió al debate. Repetí lo que me habían confirmado, que nada había ocurrido, que nadie del Colectivo Socialista había estado involucrado y que la ridiculez se descartaba sola cuando se planteaba que la propia Elisa Loncon se había bañado desnuda y borracha en la misma piscina”.
- “Al día siguiente, cuando estaba ingresando al ex Congreso, me encuentro con uno de los chiquillos, militante y miembro del Colectivo Socialista, quien me dio las gracias y me dijo que ya estaba más tranquilo porque lo de su fiesta en el Pettra había logrado pasar piola. Sorprendido, pero sobre la marcha, le hice un chiste acerca de la piscina y me confirmó que en efecto había ocurrido así, que él había nadado sin autorización, de noche, en las instalaciones cerradas del hotel, como parte de los festejos. Sonreí, pero me quedé helado. Él suponía que yo era parte de los que sabían”.
Los 2/3 y la ayahuasca. “Yo voté para rechazar el quorum de 2/3 y perdí frente a la votación de la mayoría en el pleno, pero fue buenísimo haber perdido. Si no se hubieran aprobado los dos tercios, habríamos terminado nacionalizando el consumo de ayahuasca, se me ocurre”.
“Sufran un poquito”. “Los discursos en el hemiciclo hervían de odio, Teresa Marinovic increpó a Elisa Loncon por su ascendencia indígena, acusando alguna forma de privilegio, luego subió al estrado para acusarla directamente y Bassa cruzó detrás para detenerla”.
- “El viernes las manifestaciones en Plaza Dignidad mantuvieron su intensidad. Ruggero Cozzi, de Renovación Nacional, fue acosado al salir del edificio y recibió algunas patadas”.
- “A la semana siguiente, Luciano Silva, también de RN, acusó rayados amenazantes en su casa y cuando salí a hablar con la prensa, muy ofuscado por el contexto, la violencia del gobierno y la historia de opresión que nos había tocado vivir… metí las patas”.
- “Un periodista me consultó por lo ocurrido con los convencionales de derecha y dije: ‘Me parece conveniente que ellos ahora también sufran un poquito lo que los chilenos hemos sufrido desde el estallido social: persecución, violencia y represión en las calles’. Mal”.
Plurinacionalidad. “El 17 de febrero tuvimos el primer pleno para votar esas primeras normas que pasarían a la constitución. Viendo la situación hacia atrás, supongo que tampoco fue una buena señal para las personas comunes que el primer artículo que pasó a formar parte de la nueva constitución fuera el del pluralismo jurídico”.
- “En esos días de febrero aún no teníamos del todo identificado que la plurinacionalidad se estaba convirtiendo en una barrera para la aprobación de la nueva Constitución”.
- “Mucha gente vio en el trato diferenciado que se les dio a los pueblos originarios en la nueva Constitución otras formas de privilegio. La verdad es que sólo se estaban escribiendo cuestiones que Chile había firmado hacía décadas en tratados internacionales, pero que nunca había implementado”.
La caída en las encuestas. “Durante esos meses de febrero y marzo, la aprobación de la Convención no hacía más que bajar. No encontrábamos otra explicación que la muy ordenada campaña de desprestigio orquestada por la prensa de derecha, no por nuestros tropiezos. Creíamos que las personas sabrían diferenciar las cuestiones de forma sin importancia, de las cosas de fondo, lo relevante. Pero no fue así. Por estos días, la forma en que se hacen las cosas importa tanto o más que el fondo y nunca supimos distinguirlo (…). Fuimos torpes e ingenuos”.
La telenovela de Sistema Político. “La comisión de Sistema Político había tenido su telenovela propia. Atria y el FA habían entrado a instalar el parlamentarismo y habían salido trasquilados, perdieron todo. La presión de sus senadores hizo mella en el Colectivo Socialista, terminaron asociándose a quienes buscaban mantener el bicameralismo”.
La invitación a los expresidentes. “Fue la última gran polémica de la Convención. Inicialmente se dijo que por aforo, seguíamos con criterios de pandemia, no podríamos invitar a todas las autoridades y los expresidentes quedarían fuera hasta nuevo aviso. La verdad es que la mesa se demoró en tomar la decisión y la razón siempre fue el temor a que el sector más radical se mandara un numerito con alguna acción contra Piñera, el principal responsable de las violaciones a los derechos humanos durante el estallido social”.
- “La mesa estaba dividida y nadie quería sacar el tema. En ese momento pensábamos que era un nudo sin solución, estábamos seguros de que Elsa Labraña y sus amigos iban a manifestarse y a quebrar la necesaria tranquilidad con que el evento debía desarrollarse. La Convención ya estaba suficientemente cuestionada y no soportaría un nuevo desmadre, significaría que en un año no habíamos entendido nada. Por otra parte, si no invitábamos a los expresidentes, sería interpretado como un gustito más de la ‘soberbia’ de la que éramos acusados, una que nos impedía ver la relevancia de las formas en estas cuestiones republicanas que no tenían que ver con colores políticos”.
- “Ricardo Lagos envió una carta declinando su asistencia de antemano. La mesa reaccionó atrasada en una reunión extra donde se decidió finalmente invitarlos, pero ya era tarde”.
El anticipo del fin. “El 28 de junio nos reunimos como bancada del FA en la famosa sala 3 del ex Congreso, frente a la máquina expendedora de café y los baños. El ambiente no era bueno, rostros cansados”.
- “’Si el plebiscito es hoy, lo perdemos’, dijo Bea”.
- “Sabíamos que la contra campaña había calado hondo”.
- “’No podemos seguir saliendo sólo para defendernos de las mentiras’, agregó Cony Schönhaut, estamos jugando en su lado de la cancha, tenemos que desmarcarnos y comenzar a defender los beneficios de la nueva constitución”.
- “Fernando Atria era de la idea de que la gente votaría según su tradición política. Ignacio Achurra comentó algo sobre reforzar los derechos sociales. Christian Viera insinuó que deberíamos esconder a algunos de los integrantes más beligerantes del grupo. Daniel Stingo nos enrostró un pesimismo que él no compartía”.