En la Cena Anual de la Minería 2022 se produjo un entrevero público entre el titular de la Sonami, Diego Hernández, y el Presidente Gabriel Boric. Sin embargo, La Moneda conocía al menos desde el lunes pasado el tono del discurso del dirigente minero.
Combate. “Me hubiese avisado, don Diego, que tenía que venir con traje de combate y me hago otro discurso”, dijo el Presidente Gabriel Boric anoche, al inicio de su alocución en la Cena Anual de la Minería 2022, organizada por la Sonami.
Se refería así al discurso inaugural que dio el presidente de ese gremio minero, Diego Hernández, quien entre otras cosas dijo:
“Llegó el 2019, con la revuelta social de octubre. A poco andar, la pandemia de covid-19 sumergió al mundo en un escenario de restricciones, cambios y dificultades sin precedentes en varias décadas. Luego, se inició el proceso que derivó en la Convención Constitucional y una propuesta de Nueva Carta Magna, la que será sometida al escrutinio popular en unos días más. Y más recientemente, el país optó por dar un giro político, eligiendo una línea reformista para dirigir el gobierno”.
“La minería chilena fue uno de los sectores más duramente cuestionados por los convencionales, a través de propuestas extremas y dogmáticas tendientes a nacionalizar las empresas del litio y la minería del cobre y a apoderarse de las rentas que genera el rubro”.
“Entendemos que la coyuntura político-electoral generada por el proceso constitucional ha postergado definiciones relevantes del Gobierno. Por ello, aprovechamos esta tribuna y esta audiencia, para manifestar nuestra esperanza en que el sello ideológico que se adopte sea en favor del desarrollo económico y de la paz social”.
“No podemos dejar de reiterar nuestra preocupación por la reforma tributaria y el royalty minero. Consideramos que este último, así como está estructurado, con un componente ad valorem y con tasas desproporcionadas, le resta competitividad a la minería y pone en serio riesgo a buena parte de las operaciones mineras de costos más altos”.
“La realidad es que los precios no los controlamos, somos tomadores de precios. Ello nos exige que seamos capaces de resistir los precios bajos y de tener la mayor producción posible en los ciclos de precios altos. Por eso somos contrarios a recortar las utilidades cuando los precios están altos”.
¿Improvisación? El Presidente Gabriel partió su discurso bromeando con lo de vestirse con “traje de combate”, pero luego arremetió con otras frases polémicas que denotaron que había sido sorprendido por Diego Hernández.
“Estos encuentros sirven, no solamente para que yo lea lo que tenía preparado y después nos vamos. De hecho, quiero decirle, don Diego, que he modificado mi discurso mientras usted hablaba para poder hacerme cargo también de algunos puntos que me parecen interesantes e importantes”.
“Tomo lo que decía Diego recién respecto de los mecanismos de colaboración. A nosotros no nos interesa hacer una pantomima de participación y hacer como que escuchamos, pero después no escuchar”.
“Decía don Diego que son contrarios a disminuir las utilidades en periodos de bajo precio. Yo le pregunto: ¿cuándo han sido partidarios de entregar parte de las utilidades? ¿Cuándo la Sonami ha hecho una declaración de ahora sí éste es el momento de hacer y avanzar en un royalty y en una mejor distribución de la riqueza?”. Esas palabras fueron seguidas de voces que denotaron disgusto en el público.
“Se nota que se ha extraído riqueza del sector de Tierra Amarilla, sin embargo, en Tierra Amarilla hay más pobreza que en el promedio de Chile, ¿por qué se produce eso?”. Aquí hubo aplausos de un dirigente minero de Taltal, según informó DF.
Conocimiento. Ex-Ante consultó con fuentes vinculadas a la organización del evento y aseguran que La Moneda recibió el discurso de Diego Hernández.
Hubo dos versiones de ese discurso. Primero una del viernes pasado. El fin de semana Hernández hizo modificaciones, así que la versión final llegó a Palacio el lunes.
No existe claridad acerca de si el Presidente o sus asesores redactaron sus propias palabras habiendo leído el discurso del titular de la Sonami.
En estas instancias La Moneda suele pedir los discursos de los anfitriones por anticipado, precisamente para evitar salidas de libreto. Así ocurrió esta vez.
El equipo de avanzada presidencial, además, revisó con antelación el escenario, el cronograma y la lista de invitados del evento.
Ricardo Ariztía. Las diferencias de opinión en la noche hicieron recordar a los presentes uno de los momentos más tensos vividos en este tipo de cenas en el pasado. La más recordada ocurrió en 2001, cuando el entonces presidente de la CPC, Ricardo Ariztía, le dijo a Ricardo Lagos en Enade: “Señor Presidente, déjenos trabajar tranquilos”. Ocurrió en medio de una alta tensión política y con una economía deteriorada. “Los amigos empresarios merecen reconocimientos y no críticas”, continuó el dirigente empresarial ante más de 1.500 invitados.
Lagos respondió que creía que sería más fácil entenderse con ellos, que son civiles, que con los militares.
Tras ese encontrón público, La Moneda cortó relaciones con Ariztía. Para entonces, en todo caso, el Gobierno ya había escogido a otro interlocutor en el mundo empresarial: el entonces presidente de la Sofofa, Juan Claro, con quien se terminó elaborando la Agenda Pro Crecimiento.
Sobremesa. Testigos del encuentro de anoche de la Sonami subrayan que Boric bajó de la testera para sentarse de nuevo al lado de Hernández en la mesa principal. Continuaron el diálogo en forma cordial.
Un momento que llamó la atención de los 600 invitados -la mayoría representantes de la pequeña, mediana y gran minería- fue el canto del himno nacional por la soprano Constanza Morales González, del coro de la Minera Pucobre, de Tierra Amarilla. Recibió un estruendoso aplauso mientras se proyectaban imágenes de símbolos patrios.
En su discurso, el propio Presidente se refirió a ese momento: “Y cuando escuchaba a la soprano cantar nuestro himno nacional, sentía, como sospecho sentían todos los aquí presentes, un profundo orgullo. Es hermoso nuestro himno nacional y ver a nuestra bandera detrás de esos paisajes majestuosos que la Tierra nos ha dado es, también, algo de profundo orgullo, que da profundo orgullo”.
Esas menciones ocurren en el contexto de una actividad el sábado en la noche en Valparaíso en que un grupo que se presentó en un acto por el Apruebo ofendió la bandera y recibió el repudio generalizado de las autoridades.