Durante esta jornada de jueves, la Asociación Nacional de Funcionarios de la Presidencia pidió la renuncia de la directora administrativa de La Moneda, Antonia Rozas.
Lo anterior tras la muerte del funcionario Hugo Morales Lobos, quien se desempeñaba como gasfíter desde mayo de 2023. Según se indicó desde Presidencia, el trabajador presentó síntomas de una afección cardíaca.
La declaración fue leída por la presidenta de Anfupres, Noemi Belmar, y contó con el apoyo de la Asociación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF).
Según dijeron, esta situación obliga “a pedirle al Presidente Gabriel Boric, con suma urgencia, la remoción inmediata de la directora administrativa, Antonia Rozas”.
Esto pues, acusan, “su responsabilidad en esta crisis es evidente e ineludible. Como la máxima autoridad, es la encargada de velar por la administración, planificación, organización y seguridad de trabajadores”.
“Sin embargo, su incapacidad ha quedado de manifiesto. Ha fallado en cada uno de estos deberes, dejando a nuestros compañeros y compañeras expuestos a la desprotección y el peligro”, complementó Belmar.
Asimismo, se indicó que “la muerte de nuestro compañero dejó en evidencia la falencia de nuestro servicio, demostrando una gestión que no ha estado a la altura de quienes sostienen día a día el trabajo de esta institución”.
En ese punto, se destacó que hay “falta de liderazgo preocupante. Su permanencia amenaza el bienestar y la integridad física de trabajadores. Su remoción es necesaria y un acto de justicia urgente. Pedimos que el Presidente que actúe con decisión, escuchar a quienes hacen posible el funcionamiento de la Presidencia”.
Acto seguido, denunciaron que “el funcionario que atendió a Hugo, una vez que llegó el servicio de atención, se vio obligado a seguir sus funciones. Esto no solo resulta inhumano, sino que evidencia la falta de sensibilidad y apoyo de quienes debieran garantizar nuestro bienestar”.
“Esta indiferencia que hoy lamentamos con dolor nos lleva a temer que, sin medidas inmediatas y efectivas, nuestro grito seguirá siendo ignorado”, dijeron.
Concluyendo que “hemos denunciado incansablemente la urgente necesidad de mejorar las condiciones laborales, pero la indiferencia e inacción de nuestras autoridades han perpetuado un ambiente de precariedad, cuya consecuencia más trágica puede ser la pérdida de la vida de un compañero”.