Tranquila, de sitios amplios y grandes patios, con árboles frutales incluidos.
Así describen los chillanvejanos a su comuna, la cual en rigor, alberga al lugar donde se fundó por primera vez la ciudad, en 1580, el cual se ubica en el sector El Bajo.
Si bien quienes viven en la comuna agradecen sus características de pequeña urbe y también los adelantos conseguidos desde que se transformaron en comuna, en 1995; también miran hacia el futuro, y anhelan más oportunidades tanto en materia de empleo como educación y servicios, para no tener que seguir dependiendo de la capital regional.
De este y otros temas conversó el alcalde Jorge Del Pozo Pastene, quien si bien lleva solo un año de su primer período, ha sido concejal, y como “nacido y criado” en la comuna, conoce cuáles son sus fortalezas y debilidades.
– El verdadero aniversario 442 es el de Chillán Viejo. ¿Siente que a lo largo de la historia, Chillán se ha “adueñado” de esta efeméride?
– Las cosas son lo que son y no lo que parece que son. Relevar el legado histórico de nuestra ciudad es algo preponderante para nuestra gestión. Efectivamente, Chillán nace acá y es deber de todos contar la historia como corresponde. No se trata de adueñarse, sino de poner los hechos en orden y contarlos como son. Estamos trabajando en aquello, y lo hacemos con el firme convencimiento de que es lo correcto para el devenir y el conocimiento de todos, especialmente de las futuras generaciones.
– Chillán Viejo cumple 442 años, y la comuna va camino a cumplir 30 años. ¿Qué avances destacaría en estas últimas décadas que no habrían sido posibles si continuara dependiendo de Chillán?
– Se ha avanzado mucho, pero hay también mucho por hacer. La independencia de Chillán generó una inversión importante hace ya 25 años, lo que permitió acercar la salud, mejorar las vías de desplazamiento y entregarle dignidad a nuestra gente. Obviamente con el paso del tiempo las necesidades van cambiando, y hoy apostamos por otras iniciativas. Estamos convirtiendo a la comuna en la primera ‘smart city’ de Ñuble, una ciudad amigable con los adultos mayores, con menores tiempos de desplazamiento y más y mejores espacios públicos. La gestión pública, y particularmente la municipal, debe centrarse siempre en las personas, y para eso debemos escuchar y estar en terreno. Pienso sinceramente que vamos por buen camino, pero estamos siempre atentos a críticas constructivas que nos permiten enmendar el rumbo en caso de cometer errores. Acá todos son bienvenidos para construir un mejor lugar para vivir.
– ¿Cree que con el cierre de la Fundición Ventanas y la política tendiente a eliminar las zonas de sacrificio (recientemente se rechazó el relleno de Inser) se abre una oportunidad para Chillán Viejo de dejar atrás sus pasivos ambientales (rellenos sanitarios, planta de tratamiento de aguas servidas y planteles porcinos)? ¿Es hora de proyectar un futuro sustentable para la comuna?
– Efectivamente. Tanto así que en conjunto con algunos colegas alcaldes, estamos elaborando una propuesta al respecto, la que espero vea la luz en las próximas semanas. Hemos sido críticos de cómo Chillán Viejo se transformó en el patio trasero de Ñuble, y por tanto alzaremos la voz una y mil veces de ser necesario para evitar cualquier proyecto que siga condenando a nuestros vecinos. Lo del relleno Inser y la no llegada de residuos mineros fue un triunfo para nuestra gestión, pero queda mucho por hacer. No vamos a permitir que nos sigan tratando como una comuna de segunda. ¡Por favor, acá nació la patria!
– Desde la creación de la comuna de Chillán Viejo se habló de “Chillán Viejo, ciudad colonial”. Se intentó darle esa impronta, incluso, con construcciones oficiales de este tipo. ¿Cree que esta identidad se mantiene? ¿Debería potenciarse? ¿O quizás es hora de repensar un concepto más moderno? (Ciudad habitacional, ciudad agro ecológica, etc.)
-Chillán Viejo es historia pura. Por miles de razones en las que no vale la pena redundar. Creo que el éxito está en la amalgama entre lo que menciona y la modernidad que debe llegar a todos los rincones de la comuna también. Tenemos un profundo respeto por la historia, por nuestro patrimonio, edificios y espacios públicos, pero eso no significa que no queramos avanzar en otros elementos que mejoren el vivir. Ser la primera smart city de Ñuble apunta en ese sentido.
– ¿Cree que es hora que Chillán Viejo deje de competir con Chillán y se concentre en sus fortalezas? Por ejemplo, potenciar su tranquilidad para vivir, su cercanía al futuro hospital regional, etc. ¿El camino sería aprovechar sinergia y compatibilidades de ambas comunas?
– Ha existido en el pasado cierta rivalidad, pero no tiene ningún sentido prolongarla. Hemos tenido varias reuniones con el alcalde, Camilo Benavente, y concordamos con que lo preponderante es trabajar unidos por la intercomuna. Hay varios temas que son comunes, y por tanto, debemos tratarlos y trabajarlos de manera conjunta. Acá se trata de sumar, de multiplicar, no de restar ni dividir.
– Ya está en marcha la instalación de una planta de la multinacional Bimbo en la comuna. ¿Es factible concretar en un mediano plazo el tan anhelado polo industrial en la salida sur de Chillán Viejo?
-Claro. El parque industrial debe ser el puerto seco del sur de Chile. Por varias razones, pero principalmente por su ubicación, que es logísticamente magnífica. Estamos creando una unidad de atracción de inversiones que buscará, entre otras cosas, potenciar el sector y mostrar a Chillán Viejo como una zona potente para el desarrollo industrial y empresarial.
– De aprobarse el nuevo texto Constitucional, los municipios tendrán más atribuciones, entre ellas, crear empresas. ¿En qué rubro o qué área cree ud. que podría incursionar Chillán Viejo?
– Hay que ser prudentes con esas cosas por que muchas veces nos podemos distraer y finalmente dejar de lado las labores esenciales que deben tener los municipios. Yo apuesto por mejores atribuciones para que podamos ser verdaderos gobiernos comunales. Sin embargo, es evidente que diariamente se observan necesidades que podrían ser suplidas por empresas municipales, sin correr el riesgo de que sean solo espacios para instalar burócratas.
– La necesidad de construir viviendas y la escasez de terrenos ¿podría quitarle a Chillán Viejo su característica de casco histórico? ¿Podríamos ver construcciones en altura (10 o más pisos) en la comuna en un futuro?
– Debemos respetar la privacidad de los barrios, pero no podemos obviar que resulta fundamental reducir el déficit de viviendas que hoy existe no solo en nuestra comuna, sino que en el país. Habrá que analizar en su justo mérito la situación en el momento que se presente, pero yo apunto a que ambas cosas son compatibles. No obstante, en este primer año hemos colaborado y potenciado el departamento de Vivienda, para que exista más y mejor apoyo a los comités desde su creación hasta la concreción de la casa propia. Podemos señalar, sin falsa modestia, que más de mil familias tendrán su vivienda en los próximos meses gracias a lo que en pos de la justicia social hemos desarrollado.
Crédito La Discusión