De tres homicidios investigados por la PDI en 2013, Ñuble aumentó esta cifra a 13 sólo en lo que va del año y a falta de un trimestre para el final del 2022.
Así se desprende de las estadísticas de la Subsecretaría de Prevención del Delito y de la Policía de Investigaciones de Chillán, unidad liderada por el subprefecto Luis Garrido, jefe de la Brigada de Homicidios (BH), cuyo último caso se remonta apenas hace dos días, luego que se registrara una balacera en el sector Lomas de Oriente, de la capital regional de Ñuble y que dejara a una persona fallecida (Marcelo Aguilera Aguilera, de 34 años) y una mujer de 25 años en riesgo vital y dos detenidos.
Ambos imputados, de 29 años y 42 años, quienes serán formalizados mañana, portaban armas debidamente registradas.
Respecto al aumento, el subprefecto Garrido, en línea con la tesis planteada para explicar que el fenómeno es nacional, dice que “tiene relación directa con la cantidad de armas de fuego que hoy en día circula en manos de civiles. Hasta apenas unos años, la mayoría de los homicidios eran cometidos con armas cortantes u objetos contundentes”.
Hoy, de 13 causas investigadas por la BH, en nueve se ha utilizado algún arma de fuego.
Pero la tesis no se reduce sólo a ese factor. El jefe policial explica que en la legislación actual se reconoce dentro de los delitos de homicidios, dos tipo de combinaciones. La pareja penal, con víctima y victimario conocidos con rencillas anteriores o bien que se vieron envueltos en una controversia violenta motivada, por ejemplo, por la ingesta de alcohol. La otra figura es conocida como una pareja criminal, con más de un victimario, asociados a situaciones como el tráfico de drogas o una violencia sistémica relacionada con organizaciones criminales, o peleas por supremacía territorial.
“En los últimos dos años, lo que más hemos estado revisando es la figura de la pareja penal, relacionados al tema del tráfico de drogas, y con una víctima que o intenta defender lo que es suyo, por ajuste de cuentas, o bien por contextos en los que se trata de proteger un territorio o las drogas”.
En lo estadístico, los casos de homicidios en Ñuble han marcado las siguientes cifras: 3 en 2013, 11 en 2014, 4 en 2015, 11 en 2016, 6 en 2017, 11 en 2018, 7 en 2019, 8 en 2020, 11 en 2021 y de enero a agosto de este 2022, se consideran 13 casos, más otras dos muertes con participación de terceros que no se consideran como delitos, por haberse comprobado la figura legal de la legítima defensa (ambas con armas de fuego).
Y si años anteriores se consideraba muy complejo establecer campañas preventivas en contra de los homicidios por ser casi impredecibles y que no necesariamente involucra a personas con antecedentes criminales, hoy que sí se advierte una sistematización, especialmente en organizaciones criminales, el subprefecto Garrido advierte que “la mejor campaña preventiva es que tras una correcta investigación policial, siga una correcta persecución penal, porque en la medida en que haya condenados con penas altas, parte de la delincuencia podría desistir del uso de las armas de fuego”.