El persecutor a cargo del caso del ingreso de hombres armados a un canal de televisión en Ecuador fue asesinado en el norte de Guayaquil.
La Fiscalía de Ecuador confirmó la muerte del fiscal César Suárez, quien estaba a cargo de la investigación del ataque de hombres armados a un estudio de televisión que dio la vuelta al mundo, en medio de la crisis de seguridad que enfrenta el país sudamericano.
La fiscal general de Ecuador, Diana Salazar, confirmó la muerte de Suárez y pidió a la justicia poder realizar audiencias de manera telemática para resguardar la seguridad del resto de los fiscales.
“Los grupos de delincuencia organizada, los criminales, los terroristas no detendrán nuestro compromiso con la sociedad ecuatoriana. Continuaremos con más fuerza y compromiso», expresó la fiscal general.
“Debemos tener claro que este hecho atroz trae consigo un mensaje para el trabajo que estamos cumpliendo desde la justicia en el Ecuador. Hacemos un llamado a las fuerzas del orden para garantizar la seguridad de quienes nos encontramos en el cumplimiento de nuestra funciones”, añadió.
Medios locales aseguran que cerca de las 13.30 horas de Ecuador se registró el crimen del fiscal Suárez mediante un sicario. El hecho se produjo en Avenida del Bombero, en el sector de la conexión con la Rodríguez Bonín, en el norte de Guayaquil.
Suárez se movilizaba en auto y, cuando éste estaba detenido, recibió una ráfaga de disparos que lograron romper el vidrio del vehículo y provocarle la muerte al persecutor.
Medios de comunicación locales difundieron imágenes de la camioneta de Suárez con varios impactos de bala en la ventana del conductor en una avenida.
Un responsable de la policía aseguró a la AFP que «las unidades investigativas se encuentran realizando las indagaciones pertinentes para encontrar a los responsables» en el principal puerto del país, centro de operaciones del narcotráfico.
La arremetida contra el canal TC fue uno de los primeros actos criminales que sufrió Ecuador tras la fuga del poderoso Adolfo Macías o «Fito», jefe de la principal banda del país, confirmada el 8 de enero.
Aún no es claro quién está detrás de ese asalto, en el que encapuchados amenazaron a los periodistas y otros trabajadores con pistolas, fusiles y granadas.
Ante la crisis desatada en ese momento, el presidente Daniel Noboa declaró el «conflicto armado interno», tildó a las bandas criminales de «terroristas» y desplegó miles de militares.
En varias cárceles los reos mantuvieron retenidos a más de 100 funcionarios penitenciarios hasta su liberación, el sábado.
La fiscal Salazar ha denunciado amenazas de muerte por parte de Los Lobos, una de las principales organizaciones delictivas.
Ecuador fue durante muchos años un país a salvo del narco, pero se ha ido transformando en un nuevo bastión del tráfico de droga hacia Estados Unidos y Europa con bandas enfrentadas por el control del territorio y unidas en su guerra contra el Estado, sobre todo en el puerto de Guayaquil.
En los últimos cinco años, la tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes pasó de 6 a 46 en 2023 y la guerra interna toca fondo como ocurrió en Colombia en el siglo pasado, pero con un ingrediente adicional: las cárceles en llamas.