Desde 2017 ya era el jefe de Hamás dentro de Gaza y considerado como tal uno de los cerebros de la incursión del 7 de octubre de 2023.
El movimiento islamista palestino Hamás confirmó este viernes la muerte de su líder, Yahya Sinwar, un día después de que Israel anunciara haberlo matado en una operación en la Franja de Gaza.
«Lloramos la muerte del gran jefe, el hermano mártir, Yahya Sinwar, Abu Ibrahim», declaró Jalil al Hayya, un responsable de Hamás radicado en Catar, en un video difundido por la cadena Al Jazeera.
Yahya Sinwar se fogueó en las cárceles israelíes y en el aparato de seguridad de Hamás antes de convertirse en líder del movimiento islamista palestino. Israel, que el jueves anunció su muerte, lo considera uno los artífices del ataque del 7 de octubre de 2023 en el sur del país, que desató la guerra en Gaza.
Sinwar «es un hombre muerto», declararon las autoridades israelíes tras ese ataque. El rastreo tardó más de más de un año en llegar a su fin.
«Después de una búsqueda de un año, ayer (miércoles), 16 de octubre de 2024, soldados del ejército israelí eliminaron a Yahya Sinwar, líder de la organización terrorista Hamás durante una operación en el sur de la Franja de Gaza», indicó el ejército en un comunicado.
Sinwar había sucedido en agosto al frente de Hamás, que gobierna Gaza desde 2007, a Ismail Haniyeh, asesinado en Teherán en un atentado que las autoridades de la República Islámica atribuyen a Israel.
Pero desde 2017 ya era el jefe de Hamás dentro de Gaza y considerado como tal uno de los cerebros de la incursión del 7 de octubre de 2023, cuando cientos de milicianos atacaron bases militares, varios kibutz y una fiesta ‘rave’ en Israel, que sufrió su peor ataque contra civiles desde su creación en 1948.
Ese día murieron 1.206 personas y 251 fueron secuestradas, según un recuento basado en datos oficiales israelíes.
«Es su estrategia, él montó la operación», probablemente en un año o dos, aseguró a AFP Leila Seurat, investigadora en el Centro Árabe de Investigación y Estudios Políticos (CAREP) en París.
Este hombre ascético, de pelo canoso y espesas cejas negras, «impuso su propio tempo para cambiar la relación de fuerzas en el terreno y tomó a todo el mundo por sorpresa», agrega
El que ha sido calificado de «rostro del diablo» y declarado «hombre muerto» por el ejército israelí, no aparecía en público desde octubre de 2023.
«Es el hombre de seguridad por excelencia» que, con un «carisma de líder», «toma decisiones con gran calma», dijo a AFP Abu Abdalá, un excompañero de prisión de Hamás, en 2017, cuando Yahya Sinwar tomó las riendas del movimiento islamista dentro de la Franja de Gaza.
En 1987, cuando estalla la primera Intifada (el levantamiento contra la ocupación israelí) en un campo de refugiados del norte de la Franja de Gaza, Sinwar, nacido en un campo de Jan Yunis (sur), adhiere al recién fundado Hamás.
Con 25 años, dirige la unidad de inteligencia de Hamás que castiga a palestinos «colaboradores» con el enemigo israelí.
En 1988, funda Majd, el servicio de seguridad interior de Hamás.
Encarcelado en 1989, se impone como líder de los presos palestinos. Condenado varias veces a cadena perpetua, sale en 2011 junto a un millar de detenidos liberados a cambio del soldado israelí Gilad Shalit, rehén de Hamás durante cinco años.
Israel eliminó a lo largo de los años a sus mentores, como el jeque Ahmed Yasin y Salah Shehade, fundador de las Brigadas Ezzedin al Qassam, brazo armado de Hamás, de quien se lo consideraba la mano derecha.
Sinwar, cuyo nombre figuraba en la lista estadounidense de «terroristas internacionales», fue objeto de varios intentos de asesinato.
Como jefe de Hamás en Gaza, impulsó una estrategia «radical en el ámbito militar y pragmática en el político», analiza Seurat. «No es favorable a la fuerza por la fuerza, sino a la fuerza para empujar [a los israelíes] a la negociación», añade.
Los medios israelíes publicaron extractos de sus interrogatorios, en los que cuenta que secuestró a un traidor: «Lo llevamos al cementerio de Jan Yunis […], lo metí en una tumba y lo estrangulé con una kufiya […]. Estoy seguro de que sabía que merecía morir», declaró.