La reservada reunión en el Café Torres. El lunes 15 de agosto, la plana mayor del PPD se reunió para delinear la estrategia post plebiscito. Estuvieron presentes la presidenta Natalia Piergentili, el Secretario General José Toro, los senadores Jaime Quintana, Pedro Araya, Ximena Órdenes, Lagos Weber; el presidente de la Cámara Raúl Soto, entre otros. Se analizaron los caminos a seguir en caso de ganar el Apruebo y el Rechazo.
Pero uno de los puntos clave que se abordaron en esa instancia, fue la postura del partido con el gobierno. Aunque minoritarias, hubo voces que plantearon derechamente la opción de marginarse o entrar en una etapa de reflexión respecto de la continuidad del PPD en el gobierno.
El abandonar el gobierno no es hoy una postura mayoritaria en la plana mayor del partido. En lo que sí existe acuerdo es en la forma de encarar la caída de la Jeanette Vega.
Este jueves, cerca de las 13.30, Vega tomó contacto con la presidenta de su partido, Natalia Piergentili. La secretaria de Estado quería abordar la fuerte crisis que había instalado en La Moneda la difusión de un informe reservado de la PDI, que consignaba que el 11 de mayo una asesora de ella (Tania Santis) había llamado al celular de Héctor Llaitul para contactarlo con Vega. Esa misma mañana el líder de la CAM había convocado a “organizar la resistencia armada”.
El destino de Vega, que milita desde los 90 en el PPD y que había vuelto a refichar a inicios de este año, no estaba a esa altura del todo claro. Pero a las 16.28, en solo 4 horas, Boric selló su destino desde el norte del país, anunciando había aceptado la renuncia de Vega. No todos en la directiva del PPD estaban enterados. Y, de inmediato, se convocó a una reunión de emergencia para evaluar los pasos a seguir. Los acuerdos fueron dos.
1. Marcar distancia con el gobierno. La directiva, además de los senadores Ricardo Lagos Weber y Jaime Quintana, contradijeron el argumento entregado por Boric para aceptar la renuncia de su entonces ministra: El gobierno no estaba dispuesto a entablar un diálogo con Llaitul ni con quienes impulsen la violencia en la Macrozona Sur. “Ella estaba llevando adelante la orientación que en ese momento tenía el Ejecutivo, en el sentido de dialogar con todos y que aquí no se perseguían ideas políticas. Creo que actuó dentro del marco que existía en ese momento”, indicó a La Tercera.
Días después de la grabación de la PDI, Vega dijo en Tolerancia Cero que en Chile existían presos políticos, pero también indicó que el gobierno presentaría una querella contra Llaitul, tras lo cual fue desautorizada por el subsecretario Mosalve y el propio Boric, quien el día 19 de ese mes afirmó: “El gobierno persigue delitos y los va a perseguir con todo el peso de la ley, pero nuestro Gobierno no persigue ideas ni declaraciones”.
2. Resolver la crisis después del plebiscito. Boric tomó contacto ese jueves desde el norte con Piergentili. Hasta ahora no se conoce el tenor del diálogo. Pero la directiva respaldó la tesis de dejar todas las cuentas pendientes para después del plebiscito. Hasta ahora no está previsto ni siquiera que hable Vega. Un triunfo del Rechazo, que corre hasta ahora con ventaja, equivale a un severo golpe a Boric, su programa, su equipo de gobierno y supone un dilema sobre el rumbo que tomará su administración. Vale decir, si se corre más hacia la socialdemocracia o conserva, como hasta ahora, el poder de la coalición con que llegó a La Moneda.
Es en este minuto donde el PPD pasará cuentas y tendrá una conversación política con el gobierno, del cual algunos se sienten desarraigados y maltratados.
Uno de los episodios que generó indignación en el PPD fue la invitación que hizo el Presidente hace pocos días al partido a Cerro Castillo, pero excluyendo a los diputados independientes afines a la colectividad, lo que terminó escindiendo a 6 parlamentarios de la bancada (en total eran 9).
La representación del partido en el gobierno, que hasta ahora solo estaba en manos de Vega, está sobre la mesa. También el rumbo político y programático que tome Boric.
Perfilar su identidad. En el partido ha ganado terreno la tesis de perfilar su identidad, tomando distancia del proyecto del PC y proponiendo una alternativa a la izquierda. En la campaña fue la primera colectividad que impulsó la tesis de “Aprobar para mejorar”, en contraste con la izquierda y La Moneda, que apostaban por un apruebo a secas. Los cambios que propusieron al texto constitucional eran profundos y su posición, de alguna manera, se impuso.
Control de daños y punto de inflexión. Cercanos a la ministra Vega señalan que ella nunca quiso dejar el gabinete, pero que sabía que al momento de presentarle su renuncia era muy complejo que Boric no se la aceptara. La crisis podía expandirse por todo el gobierno a menos de 2 semanas del plebiscito.
En el PPD señalan hoy que están en un punto de inflexión hasta después del plebiscito. Que solo entonces se sentarán a hablar de política con el Presidente.
La posición que adoptó el partido por la salida de Jeanette Vega disgustó en sectores del gobierno, pues, entre otras cosas, se cruzaban con la ofensiva de Chile Vamo.
De todas formas, la ministra Camila Vallejo realizó una extensa valoración de la gestión de Vega en el Ministerio de Desarrollo Social. Y el Presidente hizo lo propio.
Esta mañana, en su gira por el norte, fue consultado por las diferencias en el PPD.
“Yo he conversado con la presidenta del PPD. Tenemos una relación muy fluida. Valoro también su declaración, en el sentido de reconocer el trabajo que durante estos meses realizó la ministra Vega y que el mandato al cual todos estamos enfocados es lograr una solución duradera, de fondo, al conflicto que hoy día existe en el sur de Chile”, señaló.